
Esta mañana, un menor de 13 años de Itaembé Guazú generó un gran revuelo tras confesar que había inventado su propio secuestro. Todo comenzó cuando el niño llegó a casa y le contó a su madre que dos hombres intentaron forzarlo a entrar en un automóvil oscuro cerca de la Avenida del Té.

La madre, alarmada, llevó a su hijo a la comisaría para denunciar el hecho.
La Policía de Misiones se movilizó rápidamente, buscando al supuesto captor y su vehículo. La noticia se viralizó en grupos de WhatsApp, alarmando a la comunidad.
Sin embargo, el relato del joven cambió drásticamente al día siguiente. Hoy, tanto él como su madre se presentaron nuevamente en la comisaría y admitieron que todo había sido una “travesura”.
La confesión del menor ha suscitado preocupaciones sobre las consecuencias de actos que pueden parecer inofensivos, pero que ponen en alerta a las fuerzas de seguridad y a la comunidad.
La pregunta es: ¿hasta qué punto una “travesura” puede volverse un hecho grave? Este caso sirve como recordatorio de la importancia de la veracidad en las denuncias y el impacto que pueden tener en la seguridad pública.