
La tranquilidad de una comunidad se vio sacudida en la calle Guillermo Miguel del barrio Borges de la ciudad Capital (Santiago del Estero) por un acto de violencia extrema cuando el gato de un ex policía fue sometido a un cruel ataque. El felino, secuestrado en su propia vivienda, fue empapado en nafta y prendido fuego, causando consternación entre los vecinos.
El repudiable incidente ocurrió en ausencia del dueño, un ex policía de 46 años. Al regresar a su hogar, se encontró con la devastadora noticia: sus vecinos le informaron que habían quemado a su querida mascota. En la vereda yacía el gato, luchando por su vida con graves quemaduras. Sin perder tiempo, el dueño lo llevó a un veterinario para recibir atención médica.

El relato de los vecinos y la evidencia dejaban en claro la atrocidad cometida. El gato, envuelto en llamas, logró escapar hasta la vereda, donde los residentes valientemente apagaron el fuego. Las sospechas se centraron en un vecino de la cuadra, quien ahora enfrenta cargos por infracción a la ley 14.346, que castiga los actos de crueldad hacia los animales.
La indignación se extendió cuando se reveló que el ataque había sido premeditado. El ex policía señaló que su gato, castrado y sin historial de conflicto con los vecinos, fue víctima de un acto incomprensible de maltrato.

La ley 14.346, que busca proteger a los animales de la crueldad, establece penas de prisión de quince días a un año para quienes infligen sufrimiento o maltrato a los seres vivos. La comunidad espera que este caso conduzca a una firme aplicación de la ley y a una condena ejemplar para el responsable de este horrendo acto.